Señorita María Rodríguez:
Doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de ser una de las promotoras y fundadoras de la fundación La Ceiba Paipa; durante muchos años de mi vida he tenido la posibilidad de servir a los demás, realizando actividades pastorales en diferentes iglesias y parroquias, en el hospital San Carlos de la ciudad de Bogotá ayudando a niños con el bacilo de koch, colaborando con los padres dominicos en el programa de catequesis con la infancia misionera; todas estas acciones me llevaron a tener un corazón agradecido y dadivoso con los demás.
La vida nos da lecciones a diario que nos forman y nos sensibilizan, para mí, a mis 67 años la fundación es un sinónimo de vida; me identifico plenamente con los niños, jóvenes y personas adultas con diferentes discapacidades; ya que mi padre desde muy joven perdió la visión, el tocaba el violín y pintaba sobre óleo, por esto la orquesta y los procesos artísticos que desarrollamos allí me llenan de alegría, me identifico con la situación que vivió mi papa. Además me he dado cuenta que ellos tienen muchas capacidades dones y talentos
Familia Niño Ruiz.
En el año de 1988 en nuestro hogar nació una linda reina María Fernanda Niño Ruiz, como familia estábamos muy felices, pasados tres meses la niña empezó a presentar episodios de llanto muy intenso, la llevamos al médico él nos dijo que teníamos que llevarla a un neurólogo; nosotros atendimos la recomendación del médico y la llevamos, le realizaron muchos estudios los cuales arrojaron como resultado una enfermedad huérfana que se llama Tuberoesclerosis, también epilepsia y Autismo.
A partir de esa fecha fue una lucha constante ya que el estado de salud de la niña se vio muy deteriorado, estuvo hospitalizada tres meses para poder controlar la epilepsia y ajustarle los medicamentos.
La enfermedad con el trascurrir de los años fue más agresiva, la epilepsia aumento y la niña dependía del cuidado de una persona las 24 horas del día ya que no podía comer sola, bañarse sola y no expresaba lenguaje verbal.
Nos pronosticaron que ella viviría hasta los 12 años, pero gracias a Dios ella aun esta con notros, hemos estado en varios hospitales por mucho tiempo, en unión con la familia hemos salido adelante con ella, hoy en día tiene 35 años pero en este proceso ella perdió un riñón y el otro está comprometido, aun presenta episodios de epilepsia y con mucho amor y cariño hemos logrado disminuir las citaciones de que ella se autoagreda.
Se trató de vincularla a un colegio fue difícil por su condición ya que no la recibieron, la niña por su autismo en algunos momentos presentaba episodios de autoagresión y agredir a otras personas ella debía tener todo el tiempo a una persona, para esta tarea mama dejo su trabajo y se encargó de la niña tiempo completo, papa asumió el compromiso de responder por los gastos del hogar.
En casa hemos tratado de mejorar su calidad de vida y estamos pendientes de todas sus necesidades.
Un día como padres de familia de niños, jóvenes y adultos de personas en condición de discapacidad vimos la necesidad de crear un lugar en donde se les pudiese brindar la atención que ellos requerían ya que en conversaciones sostenidas con estos padres la gran conclusión es que no había alternativas pedagógicas y académicas para nuestros hijos.
Teniendo en cuenta el caso de nuestra hija y otros casos más que conocimos se creó la Fundación La Ceiba Paipa, con el objetivo de ayudar a niños, jóvenes y personas adultas de escasos recursos que tengan alguna discapacidad, con el objetivo de brindarles un desarrollo integral y que puedan valerse por sí solos y que aprendan un oficio de acuerdo a sus capacidades para su auto sostenibilidad.
Esto lo hicimos inspirados en nuestra hija ya que ella ha tenido gracias a Dios el apoyo emocional y económico para salir adelante, aunque María Fernanda no participa de las actividades de la fundación por los cuidados que requiere, como familia vemos reflejado en cada niño, joven y adulto que asiste a los talleres de formación la lucha diaria y constante de ella por abrazarnos con sus sonrisas espontaneas de amor, que nos dice que servir a los demás es servirla a ella.